Un mundo en el cual mujeres y hombres tienen los mismos derechos comienza con la educación dada a los niños. Proporcionar las mismas posibilidades a los niños y niñas es el camino natural para una crianza libre de estereotipos de género.
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A pesar de ser aparentemente simple, cambiar esa llave requiere poner atención a las actitudes aparentemente involuntarias que acabamos tomando en el día a día. A continuación ve qué hacer y no hacer con tu hijo o hija.
1. No existe juguete de niño o de niña
Cuando juegan, niños viven papeles sociales, y eso nada tiene que ver con orientación sexual. Por eso, si tu niño quiere jugar con muñecas o tu niña, con autitos, no los reprimas. El mismo raciocinio se aplica a los deportes o a cualquier actividad física. La habilidad para el ballet o el yudo nada tiene que ver con el género.
2. Los niños lloran, sí
Ningún ser humano debería ser enseñado a reprimir las emociones. Niños y niñas sienten dolor y tristeza. ¿Cómo criar seres humanos empáticos si los condenamos cuando expresan sus sentimientos?
3. Divide las tareas domésticas de forma igualitaria
Las niñas no tienen un gen especial que las vuelve más habilidosas para limpiar la cocina. Incluye de igual forma a tu hijo y tu hija en la realización de tareas domésticas. La responsabilidad por la mantención de una casa es de quien vive en ella.
4. Se el ejemplo
No sirve de nada hablar de respeto e igualdad entre géneros y hacer bromas sexistas o usar expresiones que hacen sentir a la mujer inferior, como “parece que juega como niñita”. Niños aprenden con ejemplo, no sólo con palabras.
